La correspondencia administrativa en el estado absoluto castellano (ss. XVI-XVII)

Pedro Luis Lorenzo Cadarso

Resumen


Durante los siglos XVI y XVII la correspondencia epistolar jugó un papel esencial en el funcionamiento del Estado Absoluto, hasta el punto de que éste resultaría inexplicable sin tomar en consideración el ingente volumen de cartas que a diario circulaban por la Corte entre los altos dignatarios y entre éstos y toda clase de entidades y personas de dentro y fuera del Reino. La Historia las viene utilizando como fuente desde hace tiempo, aunque, ciertamente, no siempre los historiadores han sido conscientes plenamente del papel político-administrativo que jugaban (y menos aún de su categorización diplomática), limitándose en la mayoría de los casos a valorar su contenido informativo. Nuestro análisis va a proceder explicando en primer lugar los factores que confluyeron en torno al Renacimiento y que explican el apogeo de este tipo de documentos; luego clasificaremos someramente las distintas formas de correspondencia que existían y las funciones que cada una cumplía en la vida política de la época; y por último nos centraremos en los tipos documentales empleados, ya desde una perspectiva diplomática, y en su evolución hasta cristalizar, entre mediados del XVI y comienzos del XVII, en una serie de modelos normalizados. Conviene aclarar, en cualquier caso, que nuestro estudio quedará restringido a la correspondencia epistolar empleada en la Administración, quedando por tanto fuera aquella que tenía un carácter estrictamente privado, aunque, ciertamente, la frontera entre lo público y lo privado nunca estuvo clara en la época[2]. También dejaremos fuera, aunque en este caso por disponer ya de estudios específicos, a los documentos solemnes de cancillería con tradición medieval, como las Cédulas, los Albalaes, las Provisiones y las Cartas Misivas.

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Revista semestral presente en:
Tiempos Modernos: Revista Electrónica de Historia Moderna
ISSN: 1699-7778